El pequeño libro de la paz
EL PAÍS

Queridos padres,
hace unos días, mi sobrino Benjamín, al volver de la escuela, me pidió que le explicase por qué no todos los pueblos viven en paz.
Después me confesó que cuando ve en la televisión las terribles escenas de violencia y destrucción que retransmiten lo telediarios tiene miedo. A menudo, además, sufre pesadillas por las noches. Tampoco para un adulto es fácil entender y aceptar las razones de la guerra, pero ¿cómo se le explica el asunto a los que son tan pequeños?
Entonces me senté en el sillón frente a mi sobrino.
Lo abracé fuerte para que sintiese que estaba cerca, y entonces intenté explicarle, a mi manera, qué es la paz y qué es la guerra.
Él escuchó mis palabras y después me hizo preguntas.
Intenté responder de la manera más clara posible, poniendo ejemplos cercanos a su experiencia.
Afrontar juntos un tema dramático nos unió como nunca antes.
Fue un momento importante y enriquecedor para los dos.
Encontrad el momento para hablar con vuestros hijos, no solo de la paz y de la guerra  sino de cualquier otra cosa.
Acostumbradlos a revelar sus miedos y a explicar libremente sus ideas, pero también a dar un nombre a sus sueños.
Solo así, cuando sean mayores, lograrán empezar con confianza un diálogo con todas las personas que se vayan encontrando en la vida.
Y cuando todos los habitantes de la Tierra logren hablar de la diversidad, de los problemas, de las necesidades, pero también de sus esperanzas..., entonces serán capaces de comprenderse y resolver pacíficamente los problemas.
No habrá mas conflictos.
Y la paz habrá vencido para siempre.


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